17 de maig 2020

FELA: VIDA Y MILAGROS

A continuación os dejamos un articulo editado por Marta Lima, coordinadora del FICAB, con motivo de la proyección del documental "My Friend Fela" que realizaremos el domingo 24 de mayo en esta misma página. Podéis encontrar toda la información aquí. 

Mucho se ha escrito sobre Fela Kuti, como que nació en Nigeria en el año 1938, en el seno de una familia de clase media, y que fue enviado a estudiar medicina a Londres pero se decantó por la música, y que con esto Nigeria no sabía lo que se le venía encima. Su producción artística iba siempre acompañada tanto de su dimensión política como de la de virtuoso musical. Sería muy fácil elevar a Fela a los altares de la genialidad, decir de él que fue un rebelde inconformista, un extraordinario músico y compositor, un insurgente creador. Igual de fácil que decir que era un monstruo polígamo y misógino. Pero África no es un continente de dicotomías blanconegras: es una gama de matices que recorre el espectro del color desde el ébano al áureo, y cuyos dogmas y fronteras morales son aún hoy difíciles de entender para el pensamiento occidental que tanto gusta de etiquetar, definir y prejuzgar.

Que Fela Kuti fuera hijo de una feminista y activista por la lucha de los derechos de la mujer en Nigeria es otra de esas incongruencias que nos resulta difícil de comprender al leer su biografía. Funmilayo Ransome-Kuti, la madre, pertenecía a la etnia de los yoruba, cuyo sistema social matrilineal implicaba a las mujeres en la toma de decisiones políticas y en el que ellas eran las encargadas de la distribución y el comercio. Con la implantación del régimen colonial británico, los misóginos prejuicios cristianos restringieron su independencia económica, la posibilidad de ocupar puestos administrativos y de ser educadas en igualdad, relegando a las yoruba a ocupar el rol de amas de casa. Gracias al apoyo de su familia, Funmilayo viajó a Inglaterra a estudiar magisterio, volvió para hacerse maestra en Lagos y con el tiempo se convertiría en una de las líderes del movimiento independentista nigeriano, fundadora de la Unión de Mujeres Nigerianas, activista por la igualdad de sufragio y destacada política por la abolición de la poligamia y el pago de dotes. A su vez el padre de Fela, Israel Ransome-Kuti (paradójicamente era reverendo), profesor y pianista, fundó el Sindicato Nacional de Educadores, fue presidente del Sindicato de Profesores Africanos y participó activamente en la organización de las revueltas que en 1948 llevaron al rey de Abeokuta a abdicar. Juntos, tuvieron cuatro hijos que educaron siguiendo los ideales de igualdad y libertad por los que habían luchado.

Fela Anikulapo Kuti nació en Ogun, Nigeria, en 1938. Con gran esfuerzo económico por parte de sus padres, se fue a Londres al cumplir los veinte años para estudiar de medicina. Fela acabaría matriculándose en la Trinity College of Music, fundando su primera banda, Koola Lobitos, que fusionaba el jazz tradicional con el highlife, un género de Ghana, mezcla a su vez de folklore africano, cuerdas del guajeo cubano, vientos jazzy y percusión de blues sincopada. En 1963 regresó a Nigeria, donde refundaría su antigua banda y empezaría a practicar un estilo de jazz fusionado con música tradicional del oeste africano, incorporando instrumentos autóctonos y cantos yoruba mientras se trabajaba en una radio local como técnico y productor. En 1969 fue invitado a participar, en Estados Unidos, en una serie de conciertos proafricanistas organizados por asociaciones que luchaban por la igualdad de derechos civiles, donde conoce dos nuevos conceptos que cambiarían el destino de su vida: el Black Power y la música funk.

A través de Sandra Izsadore, quedó fascinado por el Partido de las Pantera Negras, que desde 1966 se ocupaba de la vigilancia de los abusos policiales y la brutalidad a la que era sometida la comunidad afroamericana. En 1970 ya era un movimiento extendido por toda California, con un programa que abarcaba desde comedores sociales hasta clínicas de sanidad gratuitas. Debido a su declarado activismo y a la inclusión de ideas radicales en sus canciones, la oficina de inmigración redactó un expediente de expulsión urgente para Fela Kuti y su banda y fueron deportados con el pretexto de ejercer actividades laborales sin permiso de trabajo.

Musicalmente, además de incluir mensajes políticos en sus canciones, introdujo en su ya variopinto estilo elementos del recientemente nacido género funk, acertada mezcla de r&b, soul y jazz que se apoyaba en una fuerte sección rítmica. El hecho de que durante minutos pudiera apoyarse sobre un único acorde de guitarra o una melodía simple y repetitiva de bajo daba espacio para la improvisación y la incorporación progresiva de diversos instrumentos sin perder intensidad. Así, pudo lograr que las piezas fueran bailables indefinidamente. Con esta mezcla, y después de rebautizar la banda como Afrika’70, Fela Kuti creó un nuevo estilo que llamó Afrobeat, y decidió cantar en inglés o pidgin en lugar de en yoruba pues en su país convivían más de quinientas lenguas vivas y de esta forma podría internacionalizar su mensaje.
En 1970, Nigeria era una país que desde la independencia de Gran Bretaña, relativamente reciente, había padecido dos golpes de estado y una guerra civil contra la independizada región norte de Biafra. El territorio estaba, por tanto, sometido a un férreo gobierno militar. Debido a su implicación política, a Kuti no se le permitía trabajar con ningún sello discográfico ni radio. Decidió fundar en el centro de Lagos una suerte de microestado que pretendía ser independiente: la Kalakuta Republic, una mezcla de comuna, estudio de grabación, refugio de disidentes políticos y clínica, todo integrado en su residencia familiar.
A partir de 1971, comenzaría una prolífica producción musical que le llevaría a autoeditar varios álbumes anuales (en algunos casos hasta 8 títulos por año), con canciones que podían extenderse durante más de media hora. En ellas, hablaba de lo cotidiano, de las injusticias, de los abusos militares, de su relación con las drogas y con el sexo opuesto. Se convierte en un compositor de crónicas políticas musicales, que lo hizo un personaje extremadamente incómodo. Las autoridades, que buscan cualquier excusa para procesarle, encuentran en cada canción pretextos para encarcelarlo, y comienza a ser detenido y liberado sistemáticamente. Tan solo su gran popularidad y el temor a una rebelión descontrolada por parte de sus seguidores le salvan de ser ejecutado en innumerables ocasiones. Destaca como anécdota una vez en la que lo detuvieron por consumo de marihuana y sobornó al personal médico para que analizaran las heces de otro preso en lugar de las suyas, historia que inspiró el disco Expensive Shit. (La mierda sale cara.

En 1975, Nigeria sufre otro sangriento golpe de estado y la instauración de un nuevo régimen militar que siguió aumentando el acoso sobre Fela. En 1977 sale el disco que logra el mayor éxito de la carrera de Afrika ’70, Zombie, un alegato en contra de aquellos que exculpan terribles actos con la excusa de haber recibido órdenes (los zombis son los soldados nigerianos y recuerda que, aunque carecieran de voluntad, «Zombie no go walk unless you tell am to walk», los zombis no actuarían a no ser que se lo ordenases. El ejército nigeriano pasa a ser el blanco de bromas y duras críticas entre los millones de seguidores de Fela Kuti. Por primera vez se expresan libremente en contra del régimen militar.

Al final, el régimen se ve ultrajado hasta tal punto que decide dar una pataleta de proporciones desmesuradas: el 18 de febrero de ese año, bajo el pretexto de evitar la secesión de la República de Kalakuta, que había proclamado su independencia de un modo simbólico, decenas de tanques, carros de combate y más de mil soldados asaltan el edificio de Kuti y lo reducen a escombros y cenizas. En el asalto se perdió incontable material gráfico, la totalidad del archivo musical de la discográfica y vidas, entre ellas la de la madre de Fela, que fue arrojada por una ventana de la segunda planta y falleció tras dos meses en coma.

Recuperado económicamente y tras una breve estancia en Ghana, en 1978 contrajo matrimonio legal con 27 mujeres a la vez. Estas habían sido coristas, compositoras o enfermeras de la República de Kalakuta. Otras eran viudas de algunos fallecidos en el asalto. Kuti alegó que era su deber, según la tradición musulmana (que nunca profesó y siempre había criticado), «hacerse cargo de aquellas mujeres que debido a sus actos había quedado desamparadas, ofreciéndoles su protección como forma de compensación». Estableció turnos de convivencia con doce esposas a la vez y de rotación del lecho conyugal, «para evitar conflictos, roces o envidias».

En 1979 intentó postularse para presidente de Nigeria en las primeras elecciones democráticas celebradas en el país, pero rechazaron su candidatura. Cambió el nombre de su banda al de Egypt ’80, inspirándose en la literatura panafricanista, y se radicalizó en su postura contra el legado colonial. Por ello, y por instigar a la desobediencia, en 1984 vuelve a la cárcel. Tras veinte meses de cautiverio se divorcia de las últimas doce mujeres que seguían a su lado declarando que «el matrimonio solo aporta celos y egoísmos».

En cuanto pudo volver legalmente a los EE.UU., realizó extensas giras por Europa y América, compartiendo escenario con U2, James Brown y Carlos Santana... en conciertos pro amnistía internacional, antiapartheid o pro derechos humanos. Llegados los noventa, su salud comienza a debilitarse y paulatinamente va desapareciendo de la escena musical. En 1993 vuelve a ser detenido y acusado de asesinato, pero sale en libertad por falta de pruebas. Cuando murió en 1997, más de un millón de personas acudieron a rendirle su último homenaje.

Héroe nacional para unos, tirano loco para otros, cada relato de quienes convivieron o trabajaron con Fela está plagado de matices diferentes y contradictorios. Fuera lo que fuere, para la historia quedan sus más de 70 álbumes y la creación de un estilo aún muy presente en el continente africano y el mundo.

(Adaptación libre de 28 esposas, 77 discos, más de 200 detenciones: Fela Kuti, Daniel García Valdés revista cultural La Soga, 30/09/2015)

+info: felakuti.com